Entre las calles adoquinadas y los rincones oscuros de la ciudad de Ourense, el rugido del Miño y los vapores de sus termas ocultan los susurros de un misterioso club secreto: el legendario club de detectives “Los sabuesos de Baskerville”.

Poco se conoce sobre ellos, si es que realmente existen. Pero en los círculos más íntimos del gremio detectivesco, entre miradas furtivas y susurros apenas audibles, se especula que tras los asombrosos éxitos de la policía en la resolución de los crímenes más intrincados de la ciudad, se encuentra la mano de los sabuesos.

Nada se conoce sobre sus miembros, el número que lo forman o la identidad de los mismos. Los rumores sitúan el origen del club a principios del siglo XX, y si nos fiamos de ellos, su fundador fue ni más ni menos qué el más brillante discípulo del mismísimo Sherlock Holmes.

Se dice que el club opera en las sombras, reclutando a las mentes más brillantes y astutas, y que cada siete años abre sus puertas a nuevos miembros, enviando cartas misteriosas con enigmas que solo los mejores pueden resolver.

Para tu sorpresa, acabas de recibir una carta. El papel parece antiguo y está sellado con un lacre rojo carmesí con la figura de un sabueso.

Por supuesto, la carta viene sin remitente, ni siquiera tiene el sello de correos, quien te la haya dejado en el buzón debe haberla colocado allí en persona.

¿Será posible que…? No, es imposible. Deben ser tus colegas. Te están gastando una broma, seguro. ¿Pero y sí…? ¿Es posible qué…? Tienes que tomar una decisión: ¿abres la carta?